No sé cómo clasificar esta película, no es una película de cine habitual, tampoco se trata de un documental, quizás podría decirse que es cine experimental, cine de autor,…
La película es un homenaje a la música de Johann Sebastian Bach, y yo la definiría como un conjunto de escenas en la que escuchamos y vemos cómo diversos intérpretes tocan su música: un camionero con su armónica, otro con el fagot, un conjunto de violonchelos, el propio Bach en el órgano y clave, a piano…
Todas éstas se suceden uniéndose mediante otro tipo de escenas que sirven de nexo en las que algún personaje bien cuenta algo sobre el músico alemán, bien nos hace ver cómo su música está presente en su vida, bien nos cuenta algo sobre Leipzig y Santo Tomás, que es donde Bach desarrolló una buena parte de su carrera musical. Estas escenas, que podríamos decir que son intermedios entre actuación y actuación, pueden estar situadas en el momento actual o bien en la época de J.S.Bach.
En ellas se nos muestra, por ejemplo, al propio Bach que aparece en su casa con su familia donde toca el clave y en Santo Tomás tocando el órgano.
También nos encontramos a un guía turístico de la propia ciudad de Leipzig que nos cuenta el trabajo que desarrolló el compositor en dicha ciudad, o a la persona que actualmente desempeña el cargo que desarrolló Johann Sebastian entonces.
Y nos encontramos a un último grupo de escenas en las que no ocurre nada, son simplemente escenas visuales cuyo objetivo no tengo del todo claro, pero que no son para nada cortas.
Entrando en mi opinión personal no tengo más remedio que decir que la película mí me aburrió sobremanera. No tiene un argumento que te atrape, los personajes no te muestran nada, son sólo un hilo conductor para ir de escena musical en escena musical. En cuanto a información propiamente dicha sobre el compositor sólo hay, o sólo me parecieron interesantes dos: en la que aparece el guía turístico de Leipzig y en la que aparece el músico actual de Santo Tomás. Aunque lo que más me aburrió fueron esas escenas que he comentado en último lugar, en las que la cámara nos muestra algo habitual, como la travesía de un camión por la carretera, o la de un metro, o el paseo que nos da por el mercado del siglo XIX durante 5 largos minutos viendo cómo la gente compra para que al final sea Mendelssohn quien se lleve un poco de carne envuelta en la partitura de «La pasión según San Mateo», como dice la leyenda.
Pero no todo es negativo, me gustaría destacar varias escenas que me gustaron. La que más me gustó, sin lugar a dudas, fue la escena en la que un grupo de cuerda, de violonchelos, interpreta el preludio de la Sonata nº1 en un vagón de metro.
También me gustó la estupenda interpretación de Bach en armónica. Parece muy difícil de interpretar y me sorprendió escucharlo en este instrumento, claro luego en los títulos finales descubrí que se trataba de
Antonio Serrano, un reputado intérprete de armónica.
El solo de fagot, me gustó porque me dio la oportunidad de escuchar el sonido del instrumento como solista, y de verlo para aprender a reconocerlo.
Aunque, todo hay que decirlo, a la crítica parece que le ha encantado la película.